La isla de la cocina de este proyecto emerge como una duna entre arenas calmadas. Este bloque, en tonos cálidos, toma protagonismo en el espacio.
Sergio y Elisabet querían unificar el espacio de salón con la cocina y el comedor, de manera que lo trabajamos buscando un equilibrio entre lo sutil y lo sublime. Definiendo su singularidad sin perder elegancia.
Creamos un diseño en el que conviven espacios más llenos y espacios más despejados. El resultado aspira esa estabilidad armoniosa y serena tan propia del espíritu mediterráneo.