Nos encontramos ante un proyecto alegre y muy especial para nosotras, ya que la dueña de este hogar también lo es.

Desde el primer momento teníamos clarísimo el estilo y las necesidades que íbamos a proyectar: el reto fue reflejar el modo de vida y la forma de ser de Paula en cada rincón para conseguir un espacio funcional, preparado para el día a día y con personalidad.

Los acabados y tonos suaves que escogimos para el mobiliario del salón y la entrada muestran la personalidad zen y luminosa de Paula.

El baño también sufrió una gran transformación. Ampliamos el lavabo, renovamos sanitarios y griferías y revestimos las paredes y suelos con una baldosa de gran formato en un tono cemento claro.

La isla de la cocina acabó resultando un elemento divertido: una pieza con ruedas, que permite desplazarla en un momento dado, convirtiendo así el espacio en un gran gimnasio. La pared de esta estancia también es singular, ya que está revestida de paneles de conglomerado perforado para el ejercicio diario.